Artículo Publicado en el Diario La Prensa, lunes 2-ene-12
http://www.prensa.com/impreso/panorama/alcantarillado-publico-privilegio-de-minorias/52408
ANGEL LOPEZ GUÍA - Diez años atrás, con la entrada en vigencia del reglamento técnico DGNTI- COPANIT, que regula la descarga de efluentes líquidos, las constructoras se vieron en la obligación de desarrollar sus proyectos de vivienda con plantas de tratamiento de agua en lugar de conectarlas a tanques sépticos.
En la actualidad, tan solo en el área metropolitana funcionan 80 de estas plantas, cuyo funcionamiento comenzará a ser transferido al Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (Idaan) a partir de este año.
Este proceso de traspaso ha sido lento, debido a que fue hace apenas dos años cuando la institución pública reglamentó los seis tipos de plantas que las constructoras deben instalar.
“Hay un gran problema. Cada promotor compró un sistema diferente y hay muchas de esas plantas que son ineficientes en el consumo eléctrico. Si el Idaan las asume, el costo de pago de energía sería realmente desastroso”, revela el exviceministro de Vivienda José Batista.
Para el presente año, el Idaan tiene proyectado recibir al menos 40 de estas plantas de tratamiento.
“Estamos en coordinación con los promotores de vivienda, porque se está gestionando una tasa de tratamiento para hacer sostenible la operación”, explica José Carías, Jefe Nacional de Alcantarillados del Idaan.
Este nuevo impuesto aún tiene que ser llevado a la Autoridad de Servicios Públicos de Panamá para su respectiva evaluación.
Carías opina que la tasa debería comenzar a cobrarse una vez entre en vigencia la planta de tratamiento de Juan Díaz enmarcada en el proyecto de saneamiento de la bahía de Panamá.
El dinero sería para pagar el funcionamiento de esta construcción, añade.
El 70% de las plantas de tratamiento que hay actualmente en la capital, desde Villa Zaíta hasta Tocumen, entrarán a formar parte del alcantarillado público una vez comience a funcionar la planta de Juan Díaz, apunta Enrique Ascencio, vicepresidente de la Cámara Panameña de la Construcción (Capac).
Mientras tanto, el Idaan se halla enfocado en cambiar los medidores eléctricos de las plantas de tratamiento.
Las emisiones de estas plantas están consideradas como aguas grises. El líquido es transparente, pero no apto para el consumo humano.
Miles y miles de galones de agua de estas plantas llegan a ríos y quebradas del país diariamente.
Cada año los promotores de las barriadas deben hacer estudios para medir el funcionamiento de las plantas de tratamiento.
Estos informes deben entregarse al Ministerio de Salud (Minsa).
En las grandes barriadas, el costo de construir una planta de tratamiento de agua oscila entre los 800 y 1,000 dólares por vivienda. Esta inversión incluye de dos a tres años de mantenimiento, explica el representante de la Capac.
LA LIMPIEZA DEL TANQUE
En todo el país (según cifras del Idaan) hay 350 tanques sépticos colectivos a los que esta institución debe dar mantenimiento con una periodicidad de al menos una vez cada dos años.
Sin embargo, este tiempo puede acortarse si la urbanización comienza a expandirse con la construcción de nuevos anexos.
Casas que originalmente tenían un baño, pasan a tener una segunda unidad y por tanto duplican la cantidad de aguas residuales.
Hay, además, un grueso número de viviendas en el país que cuenta con pequeños pozos sépticos individuales.
En la actualidad el mantenimiento promedio de estos tanques tiene un costo aproximado de 500 dólares y la periodicidad de limpieza suele hacerse cada tres o cuatro años.
De la misma manera que ocurre con las letrinas, de no realizarse el correcto mantenimiento de estas instalaciones sanitarias, las personas pueden contraer enfermedades como gastroenteritis, amebiasis o hepatitis.
Aunque los centros de salud que hay diseminados por todo el país están en capacidad de explicarle a la población las medidas sanitarias para evitar estas enfermedades, este proceso educativo se dificulta por la gran dispersión poblacional del interior, sobre todo la que se presenta en las comarcas indígenas, recuerda el exministro de salud Guillermo Rolla Pimentel.
Y es que bajar la palanca del sanitario y que los residuos vayan directamente al sistema de alcantarillado público es aún un privilegio de minorías en Panamá.
Letrina y séptico
Según los resultados del Censo 2010 de la Contraloría General de la república de Panamá, en 61 de cada 100 hogares las familias hacen sus necesidades fisiológicas en letrinas o tienen el baño conectado a un tanque séptico.
En el primer grupo se ubican 281 mil hogares (31.41%) y en el segundo 268 mil (29.99%) viviendas.
La consulta pública también revela que en 49 mil 181 hogares (5.49%) no hay siquiera un lugar fijo para destinar las excretas fisiológicas, por lo que utilizan el monte, las quebradas o el mar.
Además de las comarcas indígenas donde la conexión al alcantarillado no supera siquiera el 1%, las provincias con menos conexión a la red pública de aguas residuales son Darién, con 2%, y Chiriquí, con 7.62%.
En el otro lado se halla la provincia de Panamá, con 51.34% de sus hogares conectados al alcantarillado; seguido de lejos por Colón, con 23.77% (ver gráfico).
La utilización de tanques sépticos, sin embargo, no es motivo de alarma para los expertos.
“Es una forma perfectamente adecuada de disponer de las aguas servidas. La naturaleza puede digerir eso si el proceso se hace adecuadamente. Todo es orgánico y puede servir de abono”, explica el urbanista Álvaro Uribe.
En Panamá se da un fenómeno único en Latinoamérica: barriadas de autoconstrucción con terrenos superiores a 450 metros cuadrados.
La razón para que estos hogares sean tan extensos territorialmente hablando, es que el Minsa solo otorga permisos para construir letrinas siempre y cuando las viviendas tengan esta extensión o sean más grandes.
En caso de que el terreno sea más pequeño, añade Uribe, la residencia debe conectarse a un pozo séptico, instalación que supone una inversión de dinero cuantiosa que las familias no están en capacidad de invertir.
Algunas de estas barriadas de autoconstrucción con grandes extensiones de tierra se pueden apreciar en Loma Cová, Nuevo Progreso y Nueva Esperanza, en el distrito de Arraiján.
La tarea que tiene por delante el Idaan luce poco más que titánica. Con sus acciones y proyectos, la institución está en capacidad de extender hacia la base de la pirámide social el crecimiento económico que experimenta el país.
Inversiones millonarias vienen en camino
El Ministerio de Salud, a través de la Dirección del Subsector de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario, ejecuta por medio de varias modalidades de financiamiento proyectos integrales de agua y saneamiento en comunidades rurales.
Uno de ellos es el “Proyecto de agua y saneamiento en Panamá”, financiado por el Banco Mundial, que invirtió $4.5 millones en 2011 y planifica invertir $1.9 millón en 2012, explica Helmut De Puy, vocero de este organismo. Otro programa de alcantarillado que el Gobierno promete comenzar en 2012 es el “Proyecto de agua y saneamiento en comunidades indígenas”, financiado en 50% por el Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento del Gobierno español, y otro 50% por el Gobierno Nacional. Para estas obras tienen proyectado destinar $30 millones.
Voceros del Idaan indican también que están trabajando en el diseño y construcción del alcantarillado. En Chitré ya fue terminado el diseño del sistema de aguas residuales que tendrá un valor de $40 millones. En Colón proyectan construir una planta de tratamiento, mientras que en David, Aguadulce y Santiago, el Gobierno cuenta con el apoyo del BID para comenzar a diseñar el alcantarillado de estas poblaciones.